Nuestro empeño por aprovechar el potencial del judión de La
Granja como recurso para el desarrollo continúa. Hoy, la parte más visible de
esa tarea es la media hectárea cultivada en la parcela detrás de la Casa del
Pulimento: las guías de las plantas suben enredándose en sus varas, al tiempo
que las flores germinadas van dando paso a prometedoras vainas.
Hemos construido una sociedad en la que triunfan los valores
egoístas sobre los cooperantes, los
individuales sobre los comunes, los competitivos sobre los colaborativos. Como
consecuencia, en el seno de una sociedad desarrollada y con posibilidad sobrada
de generar recursos para satisfacer con creces las necesidades de todos, una
parte muy significativa, que en el caso de los jóvenes llega al 50%, queda excluida
del trabajo y, con ello, del acceso a ingresos propios, independencia,
seguridad, proyectos de crecimiento, derechos económicos, en definitiva,
dignidad. De lo que estamos hablando, o al menos de lo que en esta entrada nos
interesa hablar, es de la iniciativa
conjunta de un grupo de ciudadanos y de una administración pública para
posibilitar una alternativa de creación de riqueza y generación de trabajo.
Faltan algunos años aun para que veamos hasta que punto se
cumplen las expectativas. No se trata de profetizar. Lo cierto es que el punto
actual es decisivo para que podamos ver desarrollarse el potencial de la idea. La parcela a que nos
referíamos arriba, es el banco de semilla previsto para proveer a aquellos
cultivadores que quieran adherirse a la marca de garantía “Judión de la
Granja”. La marca, de la que es titular
el Ayuntamiento del Real Sitio, nace con una imagen consolidada, ya que el
judión de la Granja, con tal denominación, es reconocido y demandado tanto en
los comercios como, sobre todo, en los restaurantes. Esta es una ventaja
comparativa nada desdeñable. Solo podrán denominar y vender sus productos como
judiones de la Granja aquellos cultivadores, comerciantes o restauradores que
se adhieran a la marca y a los controles garantes del cumplimiento de sus requisitos.
El primer paso es tener una buena
producción de judiones con calidad para ser certificados como judión de La Granja. El objeto del
banco de semillas es poder suministrar auténticos judiones, cultivados en La
Granja y con las características idóneas verificadas por el Consorcio Agropecuario
Provincial, a los agricultores que quieran producirlos. Con una demanda
estimada de 25.000 Kg .
solo en la Provincia de Segovia, que ha de ser creciente también fuera de ella
en la medida en que la su promoción aumente, la pretensión es que cultivar
judión sea una alternativa rentable y posibilitadora de empleo.
Es difícil competir con productos importados,
fundamentalmente del continente americano. Esas legumbres, que acaban
comercializándose como judión de La Granja, además de fraude al consumidor, implican
incidencias negativas ambientales y sociales. No tenemos garantías sobre el
modo en que han sido producidas; de lo que sí tenemos seguridad es de que han recorrido
algunos miles de kilómetros y de que, o los agricultores han sido infrapagados
o los productos subvencionados, de modo que no es posible competir en precio. La
marca de garantía supone una protección frente a ese “dumping” y, con ello, una
oportunidad para quienes se decidan a intentar aprovecharla.
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