Como cada año a estas alturas tiene lugar la recogida del judión, que se caracteriza por ser un proceso largo, ya que es una recogida diaria en función del secado de las vainas. Por eso, los hortelanos dedican tanto tiempo al cultivo del judión, ya que todos los días tienen que ir a sus huertas a recoger un número variable de vainas ya secas.
Normalmente la primera cosecha se recoge en septiembre, y se acaba de recoger la última hacia finales de octubre. De cada planta del judión, salen aproximadamente unas 32 legumbres, que se encuentran en las vainas que recogen los hortelanos a medida que se van secando.
Una vez recogidas las vainas secas que adquieren un tono marrón otoñal, se abren de manera manual una a una, se saca la legumbre y se extienden sobre una superficie, normalmente al sol.
Una vez secas, se guardan preferiblemente en un talego o saco de tela con una hoja de laurel y una cabeza de ajo para que no se acoquen.
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